No somos de aquí, SOMOS AQUÍ. Nuestro hogar tiene nombre de río y late con la fuerza del Bulubulu. Nos encuentras en La Zanja, San Antonio, Rosa Elvira, San Mateo, Nariz del Diablo, El Paraíso, San Vicente, La Bélgica, Los Bancos, San Gerardo, Santa Rita, Flor de la Esperanza y La Mina. Cada uno de estos recintos es más que un lugar en el mapa: es nuestra casa, el suelo que cultivamos y el agua que nos da vida.
Este territorio es nuestro cuerpo y nuestra historia. Aquí aprendimos a sembrar y a cosechar, a reír y a compartir solidariamente. Pero también es el escenario de nuestras luchas.
Nosotras y nuestras familias nos merecemos agua segura, acceso a salud pública, tierra para crecer con ella y educación para nuestros hijos e hijas. Por eso, no nos quedamos en silencio.
No queremos escuchar los sollozos de nuestras hermanas amenazadas por quienes les quieren quitar sus tierras.
No queremos ningún tipo de violencia contra nosotras ni nuestros hijos.
No queremos la contaminación de nuestras fuentes de agua, de nuestras tierras y de nuestros cuerpos.
No podemos vivir con temor.
Como ciudadanas que sostenemos la vida, hemos decidido estar siempre vigilantes. Esta es nuestra trinchera, nuestro espacio de alerta comunitaria.